La revolución llega a la empresa con la ‘Generación Z’

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La primera generación del siglo XXI, los nacidos entre 1995 y 2010, se incorporará al mercado en cinco años. Con este grupo, bilingüe y autónomo en su aprendizaje, llega la era de la transparencia y la diversidad.

Tienen una gran capacidad para entender y analizar información compleja

Son los primeros en muchas cosas. La tecnología no es nada nuevo para ellos, han nacido en un mundo conectado a Internet y han desarrollado una capacidad de aprendizaje muy visual. Muchos han viajado por todo el mundo antes de llegar a la adolescencia y han tenido la oportunidad de contactar con personas de diferentes países. Han crecido en nuevas estructuras de familia y han vivido los movimientos migratorios, para ellos la diversidad es la norma. Así es la Generación Z, que sigue a los Millennials y que en apenas cinco años ya se incorporará al mercado.

Este grupo ha nacido entre 1995 y 2010 y se constituye como la primera generación del siglo XXI. «Estos jóvenes han crecido con tres factores clave que van a definir su papel como profesionales: la tecnología, la crisis económica y los nuevos métodos de aprendizaje», asegura José Luis Pascual, sénior manager de Page Consulting.

Aún está por ver el impacto real que causarán en el mercado laboral, pero las empresas deben empezar a adaptarse a una generación crítica, caracterizada por su pensamiento global y que se siente motivada por los continuos retos. Las compañías tendrán que trabajar así en la convivencia de grupos profesionales muy diferentes.

Nuevas habilidades

Son muy resolutivos y saben solucionar sus problemas solos a través de la tecnología

El uso de plataformas multimedia en su día a día ha determinado su habilidad para enfocarse y analizar información compleja. Están acostumbrados a leer un texto de una página web en su ordenador al mismo tiempo que chatean con su smartphone o ven una película en la televisión. Han desarrollado así una gran capacidad para detectar qué es lo importante de cada tarea.

-Expertos digitales.

«Siempre están conectados, para ellos la conciliación no existe, y tienen una gran capacidad para hacer networking», comenta Martin Boehm, decano de programas de IE Business School. Sin embargo, frente a esta fortaleza, «la tecnología no causa una tendencia a la multitarea, sino que más bien se trata de una capacidad para cambiar de una actividad a otra a una gran velocidad debido a los patrones de seis segundos del bombardeo informativo en Internet», señala Montse Ventosa, socia directora de Grow. Por eso, las compañías tendrán que hacer un gran esfuerzo en que aumenten su atención media a cada actividad y que no hagan una lectura superficial.

-Retos continuos.

Van a cuestionar los sistemas tradicionales, les encanta buscar nuevas formas de hacer las cosas y son autónomos en su aprendizaje. Tanto es así que están perfectamente acostumbrados a solucionar problemas por ellos mismos a través de la tecnología y los contenidos que comparten.

Las compañías y empleadores tendrán que saber cómo cautivarles, transmitiendo la información de manera clara y concisa. Ir al grano será obligatorio y dividir los contenidos en pequeñas píldoras, la fórmula ideal para captar su atención. Han crecido en una era muy visual, por lo que pedirán trabajar con imágenes, infografías o vídeos.

-Valores.

Para esta generación la información no es poder, sino que lo más importante es compartirla. Hay que estar preparado para la era de la transparencia. La diversidad será otro valor fundamental. Tanto es así que reaccionarán de manera negativa, por ejemplo, ante un comité de dirección que esté formado sólo por hombres o ante una empresa en la que no convivan varias nacionalidades.

Intereses
«La Generación Z busca la seguridad y la estabilidad, pero a través de un trabajo que le guste. Valora mucho los entornos laborales de confianza y honestidad», comenta Santiago de Miguel, CEO de People Excellence.

Compartir la información es lo más importante, en vez de mantenerla en secreto

A estos jóvenes las grandes compañías no les resultan tan atractivas como sí lo eran para generaciones anteriores. De hecho, al haber crecido al mismo tiempo que la recesión económica y ver la dificultad que han tenido miembros de su entorno para encontrar un trabajo, miran con cierto recelo a los grandes conglomerados.

Por eso, lo que de verdad les motiva y les aporta confianza es que las compañías creen escenarios que les den la oportunidad de emprender. Desean trabajar con líderes que les escuchen y que les permitan personalizar su trabajo. Aunque parezca paradójico prefieren hablar con sus superiores cara a cara antes que por email.

También han comprobado que las soluciones tradicionales de «estudia esta carrera y encontrarás trabajo» no siempre se cumplen y han aprendido a vivir en situaciones de incertidumbre social. Esto les empuja a perseguir más sus propios intereses y poner en marcha sus ideas. Son buenos emprendedores y están acostumbrados a formar parte de las decisiones que se toman en su entorno.

No les da miedo trabajar por proyectos. De hecho, lo que más les gusta es estar en contacto con mucha gente diferente a la vez. Buscan la inmediatez y resultados a corto plazo. Además, no hay que olvidarse de que se trata de la primera generación bilingüe, así que los proyectos internacionales son los que más captarán su atención.

Cuáles son sus motivaciones
La generación que se incorporará al mercado en 2020 cuenta con motivaciones parecidas a las de los ‘Millennials’. Sin embargo, en los próximos años esos intereses ya no van a ser una opción en la empresa, ya que para los futuros profesionales será determinante que las compañías dispongan de esos incentivos. Han crecido con demasiado malestar para estar en un trabajo que no les haga felices:
Sentirse parte de: hay que crear un sentimiento de ir a un destino común. El orgullo de pertenencia es muy importante.
Tener un impacto positivo: necesitan el reconocimiento. Muchos han estado demasiado protegidos y están acostumbrados al apoyo de sus padres.
Marcar la diferencia: con su trabajo construyen su identidad, por lo que no quieren que los proyectos sean algo sin importancia.
Poder ser ellos mismos: no van a aceptar que nadie les diga cómo tienen que ser y quieren dejar su huella en el puesto.
Aprender constantemente: quieren conocer cosas nuevas, debe existir una gestión del conocimiento y una comunicación fluida. Buscan proyectos interesantes que no sean más de lo mismo.
Espacios colaborativos: quieren compartir, no sólo a nivel virtual, sino también de forma presencial.
Jefes que sean referentes: buscan a alguien a quien admirar y de quien aprender.

Notica extraída de: expansion.com