El debate de la abdicación permite el circo de la extrema izquierda

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Desde el escaño, han proclamado las repúblicas vasca, catalana y gallega, han exigido un referéndum y se han visto carteles y banderas.

El Congreso de los Diputados ha aprobado hoy por 299 votos a favor, 19 en contra y 23 abstenciones, la ley orgánica que permitirá la abdicación del rey Juan Carlos I y la sucesión en la Corona en la figura de su hijo, el futuro Felipe VI. El consenso constitucional se limita ya a PP, PSOE y UPyD.

Cayo Lara, en representación de Izquierda Plural, subió al estrado con una banderita republicana en la solapa y arropado por sus diputados que mostraron carteles de «Referéndum ya».

Comenzó diciendo que «el Rey ha abdicado. Tres palabras para dejar una herencia. Para dejar la jefatura del Estado. Un señor la va a heredar como una propiedad privada». Una decisión que, dijo «se ha aceptado de una forma oscura», en una «maniobra palaciega», con el parlamento «de convidado de piedra» y tratando a los «ciudadanos como súbditos» de una «dinastía decrépita».
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«Sin querer ser pretencioso», dijo, «me siento orgulloso de traer modestamente la voz de mucha gente que perdió la vida o se fue al exilio» por defender la República durante la Guerra Civil.

Lara dejó claro que no reconoce al Parlamento como representante de la soberanía nacional. «La soberanía reside en el pueblo español», dijo pero «esta cámara toma decisiones que no tienen nada que ver con lo que quiere el pueblo». Lo que quiere el pueblo es, según Lara, lo que representan los once diputados de Izquierda Plural. Y por eso, «tenemos toda la legitimidad del mundo para exigir un referéndum para que el pueblo decida su destino».

El líder de la izquierda parlamentaria mezcló los desahucios, el paro, el problema de la vivienda, el seguro de desempleo, con un debate sobre lo que llamó el «sistema despótico de unos pocos». «Es la hora de la democracia con mayúsculas», que situó en las manifestaciones organizadas por su grupo. «En las calles se demanda más democracia. Que hable el pueblo».

En el más puro estilo Podemos, habló del papel de las «grandes empresas y las grandes fortunas, la bolsa y el Ibex». «Ellos no son soberanos. La soberanía reside en el pueblo español», pero que, según se deduce de sus palabras, no está representado en el Parlamento.

Desde Izquierda Plural «exigimos que se convoque un referéndum» para que los ciudadanos «decidan libremente cuál debe ser su futuro. No hablamos de monarquía o república, hablamos de monarquía o democracia», en definitiva, del «derecho a decidir».
Varias repúblicas proclamadas en el Congreso

Por parte del grupo mixto tomó la palabra Sabino Cuadra, de Amaiur. Con cazadora vaquera y camiseta con la leyenda del «derecho a decidir», hizo un repaso por el reinado de Juan Carlos I, a su peculiar manera. Tildó la transición de «tramposa y fraudulenta» y la monarquía de «decrépita». En un nauseabundo discurso habló de «asesinatos», de «detenciones» y de «torturas» en «Euskal Herría». Incluso mencionó a los GAL. Pero no tuvo ni una palabra para las víctimas de ETA. Acabó lanzado «goras» (vivas) a la «EuskalRepúblika» y exhibiendo una bandera vasca.

El portavoz de ERC, Alfred Bosch, inició su intervención proclamando la «República catalana». «La soberanía reside en los pueblos», el debate de hoy «es lo más raro del mundo» porque se vota la abdicación del Rey. «Los cargos no se heredan. Los pueblos no se heredan. No somos muebles», dijo. Bosch apeló a los «republicanos de España» para «darnos la mano». «Estamos de vuestro lado, de igual a igual», añadió. Dijo que tras la coronación de Felipe VI «vuestra esperanza se llama república catalana. El 9 de noviembre votaremos entre monarquía española y república catalana».

Seguidamente, la portavoz del BNG no quiso ser menos y anunció su intención de «articular una república propia de Galicia».

Joan Baldoví, de Cormpomís, comenzó recitando el «Habla pueblo habla» de la transición y dijo que «la forma de estado se votó en un pack». Baldoví no proclamó ninguna república, pero pidió un referéndum para elegir entre república y monarquía. «Si no podemos votar, algo huele a podrido». También tenía preparado un numerito. Mostrar una portada de la revista El Jueves para denunciar la censura.
 

Noticia extraída de www.libertaddigital.com