En la comercialización de servicios, la moneda con la que se trabaja es el tiempo… cuántas horas le dedicas a un cliente. Por eso, es importante que calcules cuál es tu precio hora.
Primero, los costes.
Para hacer ese cálculo, vamos a partir de una consultoría ‘clásica’: por ejemplo, trabajas 200 horas al mes. “Lo primero –señala Daniel Suárez, director de Coontigo– es ponerte un sueldo. ¿Cuánto vas a ganar? Por ejemplo, 2.000 euros al mes. A ese sueldo, le sumas la parte correspondiente de Seguridad Social, gasolina, renting del coche, la oficina… y todos aquellos costes que quieras imputar. Ya tienes 4.000 euros de gastos al mes”.
Segundo: no todo es trabajo.
De esas 200 horas que dices que trabajas, no todas son iguales. “¿Cuánto tiempo dedicas a hacer cosas de trabajo (planificación, formación, reuniones, etc.), pero por las que no facturas? Por ejemplo, 100 horas”, dice Suárez. Al principio, dedicarás una gran cantidad de horas a ‘crear’ y pocas a facturar. Con el tiempo, esa relación debería invertirse.
“Sólo te quedan 100 horas, que dedicarás a trabajar con el cliente. Divide los 4.000 euros entre las otras 100 que te quedan y ya sabes a cuánto tendrás que facturar tu hora de consultoría: 40 euros. A partir de ahí, es una gestión de productividad. ¿Que no trabajaste esas 100 con el cliente? Estarás trabajando más y perdiendo dinero. ¿Que consigues reducir esas 100 horas improductivas a 50 y puedes trabajar con el cliente 150 horas? Pues ganarás más dinero y serás más rentable. Así de sencillo”.
PRECIO HORA = [Salario que te pones al mes + gastos generales] (*) / [Horas que trabajas al mes – horas improductivas] (**)
(*) Se entiende por ‘gastos generales’, todos aquellos costes que quieras imputar: Seguridad Social, dietas, oficina, renting de vehículo, etc.
(**) Se entiende por ‘horas improductivas’, aquellas horas que no trabajas directamente con el cliente y que dedicas a formarte, planificar tu agenda, organizarte internamente, etc.
Noticia extraída de: emprendedores.es