No te obsesiones sólo por desarrollar tecnologías disruptivas. ¿Has pensado cómo resolver un problema de una forma distinta a como se venía haciendo hasta ahora?
Ya lo dijo Henry Ford, fundador de la compañía Ford Motor: «Si el éxito tiene un secreto, reside en ver el punto de vista de otra persona y contemplar las cosas desde el ángulo de esa persona y desde la tuya propia».
«Muchas innovaciones de éxito empezaron por la necesidad de hacer una tarea para la que no había herramientas para llevarla a cabo de forma satisfactoria, lo que lleva a desarrollarlas y comercializarlas con éxito”, aclara Carlos Domingo, autor de El viaje de la innovación (Deusto).
Empieza por analizar a conciencia el ciclo del comprador. «Es la primera de las palancas sobre la que debes trabajar si quieres ser creativo», asegura José Antonio de Miguel, de Yoemprendo. Ese ciclo de experiencias del cliente consta de seis etapas sobre las que podemos trabajar.
“La mejor estrategia pasa por identificar las curvas de valor de la competencia para poder crear una nueva con tres características: foco en la entrega, divergencia en la manera en la que las entregamos y un mensaje contundente”, subraya este experto, que recuerda que el producto o servicio debe ser entendido como algo continuo: “Piensa en él como una experiencia antes (¿cómo llego a él?), durante (¿cómo compro?) y después (¿cómo me lo entregan y qué servicios postventa tiene?). Para definir nuestro posicionamiento, pregúntate:
1. COMPRA. ¿Cuánto tiempo tardamos en encontrar el producto que buscamos? ¿Es atractivo, accesible y seguro el lugar de compra?
2. ENTREGA. ¿Cuánto tiempo tardo en poder utilizar el producto? ¿Me debo preocupar de la entrega?
3. USO. ¿Necesitaré ayuda o capacitación de un experto para utilizarlo? ¿Son eficaces las funcionalidades del producto? ¿Tiene demasiadas funcionalidades?
4. COMPLEMENTOS. ¿Necesito otros complementos para que ese producto funcione?¿Esos complementos son costosos o asequibles? ¿Cuánto tiempo implica buscarlos y adquirirlos? ¿Es fácil obtenerlos?
5. MANTENIMIENTO. ¿Requiere mantenimiento? ¿Es fácil de actualizar el producto?¿Es costoso el mantenimiento?
6. ELIMINACIÓN. ¿Se generan desechos? ¿Cuánto cuesta desecharlo?
A continuación tienes que trabajar lo que se denomina como resortes de utilidad.
Es otra de las palancas sobre la que se debe trabajar para que el modelo de negocio sea creativo, sostiene De Miguel.
Los resortes de utilidad, al igual que el ciclo de compra, también son seis: “Primero, la productividad. Pregúntate si realmente tu producto o servicio incrementa de manera sustancial la productividad de tus clientes. En segundo lugar, la simplicidad: menos es más. Mantén la simplicidad como estrategia. Pregúntate si puedes simplificar los productos y servicios que hay en el mercado. En tercer lugar, la comodidad. Pregúntate si tu producto es cómodo de usar. En cuarto lugar, el riesgo. ¿Tu producto elimina algún tipo de riesgo patente o latente para el cliente? En quinto lugar, la diversión: ¿le aporta entretenimiento, diversión u otro tipo de sentimiento? Y en último lugar, un valor que cada vez preocupa más a los consumidores: el respeto al medio ambiente”.
De Miguel lo resume en: “Identifica y comprende el problema que tienen tus clientes; construye la solución y verifícala cuantitativa y cualitativamente”.
Este experto considera que las estrategias disruptivas se deben gestionar de forma diferente a como se gestionan otras más tradicionales: “En el ADN debe haber un riesgo diferente y su puesta en el mercado también debe ser distinta. Los proyectos creativos deben tener una curva de valor basada en tres características: un mensaje muy contundente, foco (no podemos pretender ser creativos en todo el proceso de experiencia de compra) y generar una curva de valor divergente con la que ofrece la competencia”.
Noticia extraída de: emprendedores.es