¿Cuánta mano de obra necesitas? ¿Tienes controlados los tiempos de entrega? ¿Los costes de los servicios postventa? Diez puntos para incluir en el análisis de rentabilidad. Y tres que no te puedes dejar en el análisis económico.
Todas esas cosas que no se suelen evaluar a la hora de analizar la rentabilidad…
• Información sobre la rotación prevista de mano de obra. Necesidades futuras de personal –si son previsibles nuevas contrataciones, razones, áreas, perfil y cantidad–.
• Programa de trabajo anual por áreas.
• Tiempos de entrega de pedidos o de prestación de servicios.
• Porcentaje de devoluciones o de clientes descontentos con el servicio.
• Porcentaje de clientes concretos de los que depende o dependerá la empresa.
• Metas previstas para cada área y vendedor para los próximos dos años –como mínimo–.
• Costes previstos de los servicios posventa y quejas posibles posteriores a las ventas.
• Necesidad de patentes.
• Declaración de ingresos. Cuánto vas a ganar tú: cuál va a ser tu sueldo y tus beneficios, pero también los de tu equipo (al menos de tu equipo fundador).
…y esas tres cosas que se te olvidan a la hora de realizar el análisis económico…
• No pierdas de vista tu fondo de maniobra. Es necesario contar con una cantidad de dinero a mayores para la compra de materias primas y para soportar los gastos de la empresa hasta que esta genere ingresos (salarios, alquileres, comunicaciones…). Esta cantidad de dinero y su porcentaje en relación con la inversión varía en función de la actividad. No tiene nada que ver poner en marcha un local de hostelería (que previsiblemente recibirá ingresos desde el primer momento) con, por ejemplo, una consultora medioambiental, cuyos primeros clientes e ingresos pueden tardar meses en llegar. El capital vinculado al fondo de maniobra presenta también dos características que afectan a la puesta en marcha de la empresa, es un capital que generalmente no se subvenciona –o lo hace en un porcentaje pequeño- en los programas de ayuda de la administración, ni con subvenciones a fondo perdido ni con ayudas financieras, lo que puede destrozar las necesidades económicas previstas.
• Falta de planificación financiera real. Puede sonar exagerado, pero no lo es: muchos emprendedores con su plan de empresa ya muy avanzado desconocen realmente el dinero que necesitan o no lo han calculado bien (fondo de maniobra no incluido) o desconocen las fórmulas en que pueden solventar sus dificultades –líneas de crédito, líneas de descuento, préstamos participativos, leasing, renting….o simplemente no se han puesto en contacto con ninguna entidad financiera para testar de forma inicial si éstas les prestarán el dinero que necesitan o una parte del mismo.
• Confundir ingresos con cobros, el eterno error del emprendedor. Los emprendedores a la hora de realizar el plan económico no tienen en cuenta o no prestan atención a los plazos de pago y cobros, o los ponen en base a su idea preconcebida. Es necesario conocer las prácticas habituales del sector y ver si se aplican tanto para empresas nuevas como para veteranas.
Noticia extraída de: emprendedores.es