Te ayudamos a montar un negocio en el sector de segunda mano

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Oportunidades

En los últimos años estamos asistiendo a la proliferación de múltiples webs y apps dedicadas a la compraventa o intercambio de artículos de segunda mano y de alquiler entre particulares. Analizamos cuatro modelos de negocio de este sector.

El auge de las aplicaciones móviles y páginas web de artículos de segunda mano es evidente. Quizá incluso se podría decir que vivimos una pequeña burbuja. Están apareciendo plataformas muy parecidas, pero no está muy claro que haya mercado para todas. Por eso, es probable que muchas sucumban ante la dura competencia y que otras tantas se fusionen a corto o medio plazo. Además, todas ellas tienen que competir con Wallapop, que pone en contacto a compradores y vendedores particulares, primando el criterio de proximidad geográfica

Si analizamos las propuestas que existen en el mercado nos encontramos con cuatro modelos:

Intermediario entre particulares

Se trata de un escaparate virtual en el que los vendedores suben sus artículos, fijando el precio que desean cobrar. Y los compradores contactan con ellos para acordar la entrega, el pago, etc. Lo normal es que estas plataformas cobren al vendedor una comisión sobre el precio en cada transacción. Algunas optan por cobrar cierta cantidad al vendedor por poner el anuncio de su producto.

Compra en consigna

Estas plataformas se encargan de recibir y seleccionar los productos que quieren vender sus usuarios, realizando las fotos y descripciones, subiéndolos a su tienda y haciéndose cargo del proceso de venta: almacenaje, pago seguro, envío, devoluciones, etc. El vendedor no cobra hasta que el producto es vendido. Los artículos permanecen expuestos durante un tiempo y, en caso de no ser vendidos, se devuelven a sus propietarios. Las plataformas suelen cobrar una comisión sobre el precio de venta, descontándolo de la cantidad que percibirá el vendedor.

Modelo mixto

A veces convive el modelo de intercambio entre particulares y la consigna. En estos casos, la comisión suele variar, aplicándose un importe inferior en las transacciones directas entre particulares, ya que la consigna conlleva unos costes de almacenaje, gestión, entre otros.

Trueque

Es el modelo menos definido. Encontramos plataformas en las que cada usuario sube aquello que ofrece –producto o servicio– y lo que desearía, otras que recogen artículos para el trueque y asignan un valor en moneda virtual para adquirir otros productos en su web, etc. El problema es que su actividad es difícil de monetizar, ya que no hay una transacción económica sobre la que se pueda aplicar comisión.

Primeros pasos

Para poner en marcha una de estas plataformas, conviene tener en cuenta ciertos aspectos:

Conocer el mercado. Realizar un estudio es básico en cualquier negocio. Y, en este caso, imprescindible, pues ya hay muchas plataformas y sólo es posible consolidarse si se accede a un nicho en el que haya una demanda insatisfecha.

Producto Mínimo Viable. Una vez detectada la necesidad, hay que desarrollar una plataforma básica, el denominado Minimum Viable Product (MVP), con funcionalidades básicas. Servirá para conocer el interés real que despierta la propuesta y dar los primeros pasos. Este MVP también es útil a la hora de buscar inversores.

Crear oferta y demanda. Desde el principio, es fundamental trabajar para configurar una oferta que atraiga a posibles compradores. A la par, hay que ser capaces de construir demanda, ya que es imposible captar vendedores si no hay compradores y posibilidades reales de venta. Es necesario alimentar ese círculo: más vendedores atraen a más compradores y viceversa.

Proveedor y comprador. Hay que tener en cuenta que los usuarios son tanto los vendedores-proveedores como los compradores. Debemos ponernos en la piel de ambos para entender qué esperan y qué inquietudes tienen. Tiene que ser una relación win-win win, en la que todos se sientan a gusto y ganen, vendedor, comprador y la plataforma.

Noticia extraída de: emprendedores.es