Aunque trabajar en remoto pueder ser más eficaz, pasarse por la oficina un par de veces a la semana es clave para no caer en las redes de la avalancha tecnológica.
Automattic, la empresa que creó la plataforma de blogs WordPress, cuenta con 470 empleados distribuidos por 45 países. Las condiciones de éstos han ido evolucionando a la par que el negocio. Sus profesionales trabajan donde quieren y, en lugar de por correo electrónico, se comunican a través de blogs y del chat Slack. Cuando es necesario, se desplazan para asistir a reuniones de la empresa, tres o cuatro semanas al año. Al igual que Netflix y cada vez más organizaciones, Automattic tiene una política abierta de vacaciones, en la que no figura un número exacto de días. Este modelo no encaja con personas acostumbradas a una férrea estructura. De hecho, Automattic reconoce que los empleados recién contratados pueden pensar que resulta caótico trabajar a distancia con compañeros de todo el mundo; no obstante, los beneficios compensan con creces esta sensación.
Las nuevas tecnológicas no tienen el dominio exclusivo de las políticas de trabajo. «La posibilidad de que las personas trabajen de diferente forma gracias a la tecnología ha animado a algunas empresas a pensar de forma más creativa», declara Clare Kelliher, catedrática de trabajo y organización en Cranfield University School of Management de Reino Unido.
Derecho a desconectar
Para abordar la sobrecarga digital derivada de una cultura en la que las personas están siempre pendientes del trabajo, el Gobierno francés está introduciendo un derecho a desconectarse de los ordenadores y los teléfonos fuera del horario laboral. Esta medida es un llamamiento a las compañías para que respeten el tiempo de vacaciones, de descanso y de ocio.
Esta decisión llega después de la iniciativa de las grandes corporaciones alemanas para frenar los correos electrónicos durante el tiempo libre. También pone de relieve la dificultad de equilibrar las ventajas y los inconvenientes de la revolución laboral que ha provocado la tecnología.
La productividad aumenta cuando las personas pueden elegir dónde y cuándo conectarse
Además de las preocupaciones por una carga de trabajo mayor, existe el miedo de que en poco tiempo los robots sustituyan a las personas. El envejecimiento de la población necesita de nuevas formas para mantener vidas laborales más largas. Sin embargo, la gig economy, junto con sus trabajos temporales y fragmentados, no ofrece ni seguridad ni desarrollo profesional. En una llamada a la acción, el Foro Económico Mundial afirma que muchas grandes empresas han tardado demasiado en abordar los retos que se presentan por delante.
Sólo el 53% de los directores de recursos humanos encuestados que trabaja para las organizaciones más importantes del mundo, confiaba «mucho» o «bastante» en la idoneidad de la futura estrategia de los trabajadores.
Cuestión económica
El ahorro derivado de que los empleados no estén en la oficina es un motivo importante por el que las empresas, incluso aquellas de los sectores tradicionales como los bufetes de abogados, estén dando los primeros pasos hacia un modelo de trabajo flexible. Los primeros en adoptar este modelo informan de mayores beneficios, ya que la productividad aumenta cuando las personas pueden elegir el momento y el lugar que más se adaptan a la tarea que se va a realizar. Un experimento realizado por la Universidad de Stanford con trabajadores del centro de atención telefónica chino demostró que aquellos que trabajaban desde casa atendieron un 13,5% más de llamadas que sus compañeros de oficina y su nivel de renuncias fue un 50% inferior. «Los resultados me impactaron», confesó el catedrático Nicholas Bloom a Harvard Business Review.
Dime dónde trabajas…
El interés por la revolución laboral es diferente en el mundo. En Reino Unido es más común trabajar fuera de la oficina que hacerlo dentro con un horario de 9 de la mañana a 5 de la tarde, señala la Work Foundation, de la Universidad de Lancaster. Su informe indica que en 2020 más del 70% de las empresas contará con prácticas laborales flexibles. Pero sus autores declaran que todavía queda mucho trabajo por hacer para asegurar que «los empleados trabajen de forma más eficiente y no durante más tiempo». En EEUU, entre el 20% y el 30% de los empleados trabaja desde casa más de una vez al mes, según informa la consultora Global Workplace Analytics. Sin embargo, más del 80% demanda un empleo más flexible, según Kate Lister, presidenta de dicha firma: «Lo ideal sería trabajar desde casa entre dos y tres veces a la semana, para conseguir un equilibrio entre trabajar concentrado y trabajar en equipo».
Mientras que los gobiernos y las empresas están interviniendo para frenar la avalancha digital, los trabajadores están encontrando nuevas formas de recuperar el control. Hace seis meses, Tinna Nielsen, empresaria social y uno de los Líderes Jóvenes del Mundo del Fondo Económico Mundial, decidió centrarse en mejorar su empresa y en responder mails sólo los viernes. «El impacto que ha tenido en mi trabajo es increíble. Siento que trabajo menos porque soy más eficiente. Me divierto más, hago más actividad de desarrollo y me siento más creativa. Tengo más tiempo para quedar con gente y para pasarlo con mis hijos y mi marido. A mí me va bien».
Noticia extraída de: expansión.com