Consejos para no pillarte los dedos con un correo electrónico

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Tus e-mails crean una imagen profesional para ti y para tu negocio. Para que tus correos electrónicos no te dejen en mal lugar ni a ti ni a tu empresa con el interlocutor, puedes seguir los siguientes consejos.

Ya te sabes los consejos básicos cuando redactas un correo electrónico. Que si procura que tus mensajes incorporen información completa sobre el asunto que tratan, porque esto evita que se generen respuestas innecesarias solicitando aclaraciones sobre ciertos puntos. Que si no tienes que escribir correos excesivamente largos, ni adjuntar documentos excesivamente pesados. Eso es lo obvio…

Lo que no se suele tener en cuenta es cómo en los últimos años las redes sociales y la facilidad que aportan para contactar con personas a las que no conocíamos, pero nos interesaba conocer, ha modificado nuestros hábitos de comunicación. Cuando abordamos cara a cara a una persona con la que no tenemos confianza tenemos un excesivo cuidado con cómo nos comportamos, pero, sin embargo, en el correo electrónico estamos empezando a comportarnos como si nos moviéramos en Facebook o Twitter. Y hay que tener cuidado porque es un canal de comunicación diferente.

Estos son nueve consejos para que tus correos electrónicos –que ya son breves y van al grano– no te dejan en mal lugar ni a ti ni a tu negocio.

No le pidas que confirme que le ha llegado el correo electrónico. Es una rudeza similar al ‘Borrado sin abrir’ que se estilaba a principios de siglo XXI.
Si le pides un encuentro cara a cara lo tienes que hacer con tacto. Pregúntale si tendría inconveniente en que os vieráis o si hay una fórmula mejor para ponerse en contacto con ellos además del correo electrónico.
No le pidas que te ofrezca feedback en frío sobre algo que has creado. Si de verdad necesitas su opinión házle una pregunta concreta, pero no le pidas una evaluación que le va a consumir esfuerzo y tiempo.
Si le estás pidiendo un favor, no le puedes marcar cuándo te lo tiene que prestar. Deja abiertas fechas vagas, en el sentido de nos podemos ver a lo largo de este mes y el siguiente, cuando a ti te venga mejor.
No le pidas de primeras que te introduzca a otra persona para hacer networking. ¡Sólo habéis intercambiado unos correos electrónicos!
No le bombardees con tus correos a diario, ni siquiera cada semana. Mejor que estar enviando correos constantemente, prueba a reunir en un documento todo lo que le quieres preguntar/comentar, júntalo todo y envía un único correo.
No le presentes a terceras partes (porque te interesa a ti o porque le interesa a esas terceras partes) cuando todavía no tenéis una relación sólo porque habéis intercambiado un par de correos electrónicos.
No le invites a colaborar sólo por una relación epistolar. Ese tipo de compromiso requiere un contacto personal previo.
No le pidas que comente de forma positiva en redes lo que le envías.

Noticia extraída de: emprendedores.es