Aprovecha, administra y protege tu tarjeta de crédito en Semana Santa

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Evite sobresaltos

El uso de la tarjeta de crédito lejos de nuestro hogar es muy cómoda y práctica. De hecho, el uso mayoritario de tarjeta reduce cada año los cambios de divisa que solicitan los clientes a sus bancos. Esta comodidad, tiene que llevar consigo un buen control de los gastos. Es decir, saber que gastamos y dónde lo gastamos. Uno de los primeros riesgos es el descontrol del gasto. La opción clásica es ir anotando el gasto y confrontarlo con nuestro presupuesto, aunque la banca online nos facilita mucho esta tarea.

Podemos acceder a nuestro banco y a los gastos efectuados fácilmente, con nuestro teléfono móvil y así llevar el control.

También es importante analizar que hacemos con la tarjeta y combinarlo con el dinero que llevemos cambiado. Sacar dinero en el extranjero es muy caro, la comisión más habitual es del 4% con mínimos desde 2,40 euros por operación. Ciertos hábitos nos ayudarán a minimizar el coste, por ejemplo no sacar muchas veces dinero de los cajeros, es mucho más barato sacar 200 euros de golpe, que 4 veces 50 euros.

 
Pero no sólo eso, también existen comisiones por pagar compras en un país de divisa distinta al euro. Este coste es pequeño, pero se acumula por operación, lo que hace que para pequeños gastos sea más conveniente usar el dinero en efectivo. Por ello es de gran utilidad usar la tarjeta de crédito para grandes compras.

 
Consejos para evitar sobresaltos

 
Pero el mayor temor para el usuario está en la pérdida, robo o clonación de la tarjeta que lleve a su anulación, a quedarte sin ella en medio de sus vacaciones, tener que realizar una reclamación y hasta acabar con un perjuicio económico. Proteger las mismas con esta serie de consejos te ayudarán a evitar en muchas ocasiones estos perjuicios y que no te arruinen las vacaciones:

 
No acumular tarjetas: Tener una tarjeta de reserva por pérdida o deterioro no es mala idea, pero nunca la lleves junto a tu tarjeta principal ya que en caso de robo el resultado sería multiplicar el mismo desastre. Las cajas fuertes de los hoteles o un lugar seguro es el mejor emplazamiento para guardar esta tarjeta de reserva.

 
Llevar tarjetas con límites pequeños: Muchas entidades financieras nos permiten ir recargando saldo desde nuestra aplicación de banca por Internet. Menos límite, menos riesgo. También son cómodas las tarjetas prepago en la que limitaremos el riesgo al saldo que tengamos recargado.

 
No perder nunca de vista la tarjeta: Aunque los sistemas de chip y pin, o los TPV móviles que nos llevan a nuestra mesa de restaurante son cada vez más comunes, uno de los fraudes que más se repiten es el de escanear nuestra tarjeta. Por ello no debemos perder el control de nuestro plástico, y que no salga de nuestra vista para evitar el uso de escáneres de mano habituales en establecimientos de ocio como restaurantes.

 
Tener activado un sistema de alerta de nuestro banco: Recibir un SMS es más que útil. Así aunque tengamos el máximo cuidado con nuestra tarjeta es finalmente es robada o copiada, un mensaje a tiempo nos ayuda a bloquear la tarjeta con rapidez.

 
Llevar siempre a mano el teléfono de atención de nuestra tarjeta de crédito: Aparece en la parte de detrás de la tarjeta, también en la aplicación de banca móvil de nuestra entidad financiera. Pero lo más útil y rápido es llevarlo apuntado para poder notificar cualquier incidencia dos teléfonos, el de incidencias en España y otro, que casi todas las entidades separan, para las que ocurran en el extranjero.

Noticia extraída de: cincodias.com