La metáfora ‘pensar fuera de la caja’ implica mirar más allá de tu propia empresa para no enrocarse en la rutina diaria y mantener una actitud abierta e innovadora cambiando la perspectiva.
Dice Samuel Ordieres que en la startup a la que pertenece, Zapiens , se preocupan por el Team building y la construcción de equipos de trabajo cohesionados y motivados. Para ello llevan a cabo actividades participativas y eventos dentro de la empresa. Pero tan importante como trabajar dentro, les parece alejarse de vez en cuando de la actividad cotidiana y de los espacios de trabajo habituales. Es a lo que se refieren cuando hablan de la necesidad de salir de la caja.
Para ello organizan escapadas al aire libre, asisten a diferentes cursos formativos o participan en programas y eventos internacionales, como el de Blackbox Connect de Google del que acaba de regresar su CEO, Daniel Suárez, además de procurar la diversidad cultural en los equipos. “ Estas son cosas que en Zapiens nos planteamos constantemente para estar atentos a lo que ocurre en otros ecosistemas y salir de lo que es la realidad única de nuestra empresa ampliando nuestro campo de percepción. Un poco como la analogía esa del árbol que no te deja ver el bosque. En las empresas también pasa mucho esto, que te empeñas en resolver detalles y pierdes de vista el mapa general”, dice Ordieres.
Pero Zapiens no es la única organización que recurre a dinámicas como las mencionadas. Son muchos los consultores y coachs que hablan de la necesidad de ‘salir de la caja’ cuando queremos pensar y resolver problemas de un modo diferente. Según el libro titulado ‘La Caja’ publicado por The Arbinger Institute no salir nunca de la dinámica interna de una empresa puede conducir al autoengaño, aunque hayamos alcanzado el éxito previamente.
Pero, al margen de las actividades en el exterior, hay otras técnicas que pueden ayudar a desconectar el piloto automático sin necesidad de moverse del sillón. Algunas de ellas las sugiere Santiago Martina , experto en comunicación digital y participante de Endeavor en Argentina. Entre estas destacan:
-Cambiar de rol. Ponerte en el lugar de otro durante un tiempo puede ayudarte a cambiar la perspectiva entender mejor los intereses e inquietudes tanto de tu equipo de tus clientes.
-Estimular la creatividad. Hay distintas formas de conseguirlo pero el objetivo final es hallar soluciones radicalmente opuestas a las que sueles aplicar ante un problema.
-Ponte en el peor de los casos. A veces el miedo, más que real es visceral. En cualquier caso la consecuencia del mismo es frenar nuestra toma de decisiones y mantenernos en la zona de confort. Imaginar qué es lo peor que podría pasar en caso de tomar esa decisión puede conducir a dos conclusiones: que el riesgo que asumes es tan alto que no te interesa el camino, por lo que lo desechas, o que los beneficios que te reporta la asunción de ese riesgo compensan.
-Cuestionárselo todo. El hecho de que hayas conocido el éxito previamente, no es garantía de que vaya a ser así siempre. Lo que sí puedes es aprovecharlo como acicate para seguir innovando. Es interesante cultivar el hábito de plantearse por qué y cómo suceden las cosas que te rodean y no quedarse con la respuesta fácil.
-Deja paso al azar. Algunos lo llaman serendipia y otros suerte. Da igual porque el riesgo que corres al mantenerte dentro de la caja es el de no ser capaz de percatarte cuando se te presenta una buena oportunidad de forma inesperada. Siempre hay que estar preparado para dar la bienvenida a la novedad.
Noticia Extraída de: www.emprendedores.es