A la hora de comunicarnos a través de videoconferencia, entran en juego los elementos no verbales. A veces hay decalajes de tiempo, otras no vemos bien a nuestro interlocutor o estamos tan pendientes de la cámara y de cómo estamos colocados para que se nos vea que nos distraemos. El consejo más importante es ir tranquilo, controlar bien el nivel de ansiedad y hablar despacio.
Articular bien, dejar claro cuándo acabamos una frase y no hablar muy deprisa porque el otro no va a tener tiempo de escucharlas, incluso si es en tiempo real, por los decalajes.
Hay que ser más claro y breve que en la comunicación cara a cara. Se debe optimizar la escucha, hacer silencios para que el otro acabe lo que tenga que decir, evitando imponer un ritmo rápido, cuidar no sólo la síntesis y la brevedad de lo que decimos, sino, particularmente, articular y utilizar un tono de voz y un volumen que permitan que sea inteligible para quien nos está escuchando. Sobre todo porque no controlamos las condiciones en las que el otro escucha. Tenemos que conseguir que nuestro discurso sea breve y preciso desde el punto de vista del lenguaje y de la voz, no utilizar frases hechas o clichés, y para terminar el diálogo conviene cerrarlo haciendo un pequeño resumen, concretando próximas acciones, si hay que quedar en otra ocasión. Y el cierre siempre debe ser muy claro.
Noticia extraída de: emprendedores.es