Tus empleados tienen la necesidad de crecer y desarrollarse profesionalmente. Si eres capaz de apoyar su crecimiento vas a conseguir que realicen un mejor trabajo y se sientan implicados en el negocio.
«Piensa en distintas personas de tu grupo u organización cuyo apoyo necesites para alcanzar tus objetivos. A partir de lo que sabes de ellos, ¿cuáles crees que son sus objetivos? ¿Crees que puede haber algunos que coincidan con los tuyos en algún aspecto y que, por lo tanto, podrían alinearse? ¿A qué elementos de sus objetivos estaría dispuesto a renunciar a cambio de lograr el apoyo de otras personas?», plantea el experto en liderazgo Ronald Heifetz en su bestseller La práctica del liderazgo adaptativo (Paidós). Una de tus principales tareas al frente del negocio es apoyar y ayudar a tus empleados a que puedan hacer su trabajo.
¿No sabes por dónde comenzar? Empieza por hacer estas preguntas a tus empleados:
1. ¿Qué es lo más positivo que te ha ocurrido esta semana en tu trabajo? Éste es un buen punto de partida. A los empleados les gusta celebrar sus éxitos, e incluso presumir sobre lo que hacen bien…
2. ¿Con qué te encuentras atascado ahora mismo? También se puede formular de esta otra forma: ¿En qué puntos necesitas progresar en tu trabajo? ¿Qué es lo que evita que puedas avanzar con tu trabajo? La mejor fórmula para desatascarse es reconocer que se está atascado y averiguar exactamente en qué punto está el problema. Pero esto únicamente funciona cuando trasladamos esa información a una persona capaz de aconsejarnos sobre cómo resolverlo.
3. ¿En qué aspecto de nuestro producto crees que podríamos mejorar? La pregunta se puede plantear así: ¿Qué mejoras crees que deberíamos priorizar? Los empleados, sobre todo aquellos que está cara a cara con el cliente a diario, son los que mejor saben cuáles deben ser las prioridades a la hora mejorar el producto.
4. En una escala del 0 al 10, ¿cómo puntuarías tus progresos en los objetivos marcados por la empresa? Preguntas de este tipo ayudan a tus empleados a evaluar su progreso profesional en el marco de vuestra empresa.
Una advertencia: Si no lo has hecho todavía, elabora junto a tu equipo una lista con los distintos objetivos–guía por los que trabajáis. A partir de la lista, escoged entre dos y cuatro y convertidlos en una prioridad, decidiendo cómo valoraréis el éxito en cada uno de ellos.
5. ¿Qué ayuda a que seas más productivo? ¿Qué es exactamente lo que te hace sentir que avanzas con tu trabajo? Se trata de ayudar a tus empleados a descifrar cuáles son los hábitos que les hacen más productivos y ayudarles a conocer los desencadenantes de su eficiencia.
6. Si tuvieras alguien en quien delegar tus tareas (tareas que no tengan que ver con eso que tú sabes hacer mejor que nadie), ¿qué tareas delegarías exactamente? Hay expertos que defienden que todas las tareas que se encuentran fuera de aquello por lo que tú aportas valor a la empresa deberían quedar fuera de tu puesto de trabajo.
7. ¿Qué funciones te han asignado en tu equipo de trabajo o en tu empresa? Esta pregunta en realidad la haces para, a continuación, plantear esta otra: ¿Hay otras que te gustaría asumir, además, o en lugar de las que le han asignado? De ser así, ¿cuáles podrías empezar a desempeñar ya? ¿Cuáles deberías aprender?
8. ¿Hay algo que necesites de mí? Recuerda: Una de tus principales tareas al frente del negocio es apoyar y ayudar a tus empleados a que puedan hacer su trabajo…
Noticia extraída de: emprendedores.es