No hace falta que cometas una falta grave para que te etiqueten como mal profesional. Por eso, deberás estudiar la imagen que proyectas y mejorarla a través de las redes sociales y en el cara a cara.
¿Te imaginas que estás incluido en la lista negra de trabajadores conflictivos de tu empresa? Eso es lo que descubrió un antiguo empleado de Cotronic cuando se dio cuenta de que en todos los procesos de selección le eliminaban en la misma fase. Tras denunciar la situación, el Tribunal Supremo vetó estos ficheros al considerarlos ilícitos, justificando que vulneraban la protección de datos. Con esta sentencia, parte del problema ya estaba solucionado, pero seguramente aún quedaba por resolver la ardua tarea de limpiar su imagen.
Es importante que acudas a eventos para que te conozcan mejor los colegas de tu sector
No hace falta cometer una falta grave para que tu reputación como profesional se vea dañada. Basta que no hayan salido bien los proyectos que habías puesto en marcha o que simplemente no encajes con los valores de la empresa.
Si esto es así, tendrás que realizar un proceso de renovación que variará según la mancha que hay en tu currículo. «Hay tres niveles: en primer lugar, las más penalizadas son las faltas vinculadas a los valores como persona, relacionados con la honestidad en nuestro trabajo. Después, se encuentran las opiniones sobre nuestras habilidades, es decir, si somos capaces o no de realizar las tareas diarias. En último lugar, aparecen los sesgos inconscientes que tienen que ver con la manera en que nos perciben los demás. Por ejemplo, si eres demasiado serio o antipático. Hay cualidades que se pueden convertir en una mancha», explica Giovanna Santiago, mánager de Talengo.
«Si el error cometido ha bastado para que te etiqueten como mal profesional, tendrás que reconocerlo públicamente e inmediatamente adquirir una actitud proactiva, sobre todo, en momentos como en una entrevista de trabajo, cuando te van a preguntar por ello», asegura Elena Sánchez, profesora de gestión de talento y RRHH de EOI y socia de Globalplace.
Los reclutadores te pueden pedir el contacto de alguien con quien hayas tenido problemas
Renovar tu imagen no implica que te vayas de la empresa y empieces de cero. Se trata más bien de hacer un ejercicio de autoconocimiento, repasar tus puntos fuertes y débiles y mejorar varios aspectos:
– Es indispensable que adquieras competencias digitales. «Dicen que antes, lo que hacías en Las Vegas se quedaba en Las Vegas. Ahora lo que haces se queda en Twitter, Facebook, Instagram, Google+ o LinkedIn», comenta Eva Collado, consultora estratégica de Capital Humano. Las redes son un escaparate para lo bueno y lo malo. Borrar la huella es muy difícil. Aunque solicites el derecho al olvido en Google siempre habrá alguien que haya hecho una captura de pantalla o una foto de aquella mala acción.
Por eso, no te queda más remedio que sacar partido de los beneficios de las redes. Debes utilizarlas para difundir tu cambio. Las posibilidades pueden ir desde participar en foros hasta compartir artículos de un cierto tema y demostrar que sigues siendo un experto en los asuntos que te llevaron a ser un buen profesional.
– También debes construirte una marca sólida en el mundo real. «Hay que actuar de forma inmediata y no tener miedo a embarcarse en nuevos proyectos. Tienes que demostrar que ese error te ha servido para aprender», aconseja Guido Stein, profesor de dirección de personas de IESE .
Las faltas vinculadas a los valores como la honestidad en el trabajo son las más castigadas
Debes hacer hincapié en tus dotes de comunicación y modificar tu manera de hacer networking. Para limpiar tu imagen es importante que trates con los colegas de tu sector cara a cara. Eso sí, siempre siendo coherente con tus objetivos. Si quieres dar un tono informal a tu perfil, tendrás que acudir a eventos como, por ejemplo, cenas. Sin embargo, si te quieres deshacer de una fama de juerguista tendrás que decantarte por desayunos o comidas.
– Un escenario más complicado es el de las referencias. Es común que tus compañeros opinen entre ellos. No se trata tanto de estar pendiente continuamente de lo que dicen, como de crear un pequeño círculo de personas que han conocido toda tu trayectoria. Ellos sabrán dar cuenta de tu trabajo. Ese entorno positivo puede contrarrestar los comentarios negativos. Sin embargo, también debes incluir en ese círculo a alguien con quien no tengas buena relación y que así siga conociendo tu trabajo. Debes tener en cuenta que algunos reclutadores, para conocerte mejor, pueden pedirte que des el contacto de alguien con quien hayas tenido problemas.
– Nadie está exento de equivocarse y recuperar la confianza no será fácil. Para ello, será fundamental ser constante, mantener la buena actitud en el tiempo y ser capaces de compartir contenidos propios para generar valor en la compañía.
El riesgo de ‘estar fichado’
La elaboración de listas con la finalidad ilegítima de determinar lo bueno o lo malo que es un trabajador y después trasladar esos contenidos a otras compañías es ilegal. «Se trata de una cesión de datos en toda regla. La creación de estos ficheros no es común, pero sí es cierto que muchas empresas difunden de manera extraoficial información sobre sus empleados», explica Alonso Hurtado, socio de Ecija, a raíz de la sentencia que emitió el Tribunal Supremo en la que daba la razón al trabajador M.A.G. que demandó en 2011 a la empresa Cotronic. La compañía que trabaja para Telefónica, informó a la multinacional que había despedido al empleado. Sin embargo, no pudo probar ante el juzgado de lo Social el motivo del mismo. El profesional pasó varios meses sin encontrar un empleo y en este sentido el Supremo apoyó la existencia de una lista de trabajadores conflictivos. Se estimó que hubo una vulneración al derecho al honor, dañando su reputación.
Noticia extraída de: expansión.com